Bill Gates y el cuestionable optimismo en torno al cambio climático

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Bill Gates publicó recientemente una entrada en un blog instando a adoptar un enfoque más optimista para abordar el cambio climático, argumentando que centrarse únicamente en la reducción de emisiones a corto plazo puede desviar recursos de abordar cuestiones apremiantes como el hambre y las enfermedades. Sugiere priorizar las mejoras en la vida de las personas y aprovechar los avances tecnológicos, en particular la inteligencia artificial (IA), para navegar en un mundo en calentamiento. Sin embargo, los críticos argumentan que su mensaje corre el riesgo de restar importancia a la gravedad de la crisis climática y priorizar las soluciones tecnológicas sobre las necesidades de las comunidades vulnerables.

Cambiando la narrativa: de las emisiones a la prosperidad humana

El memorando de Gates, publicado antes de las negociaciones críticas sobre el clima de la ONU, tiene como objetivo promover una perspectiva más esperanzadora. Sostiene que una “perspectiva apocalíptica” sobre el cambio climático es contraproducente, ya que lleva a un énfasis excesivo en la reducción de emisiones y potencialmente obstaculiza los esfuerzos para mejorar la salud y la prosperidad globales. Aboga por utilizar métricas como el Índice de Desarrollo Humano de la ONU como una mejor medida del progreso, enfatizando la importancia de la salud y la prosperidad como la mejor defensa contra el cambio climático.

Las soluciones que propone se centran en avances tecnológicos, incluidos dispositivos sanitarios impulsados ​​por inteligencia artificial y aplicaciones móviles que brindan a los agricultores consejos sobre plantación y fertilización. Si bien estas innovaciones tienen potencial, los críticos cuestionan si abordan las causas fundamentales de la vulnerabilidad y satisfacen adecuadamente las necesidades de las comunidades que ya se ven afectadas por el cambio climático.

La paradoja de la IA y las crecientes emisiones

Este cambio de énfasis llega en un momento complejo para Gates y Microsoft. A pesar del compromiso de Microsoft de convertirse en carbono negativo en 2020, el desarrollo de modelos de IA que consumen mucha energía ha aumentado irónicamente las emisiones de carbono de la empresa en los últimos años. Si bien Gates cree que los beneficios de la IA superan el costo ambiental, esto presenta una disonancia cognitiva que los críticos encuentran preocupante.

Falta de precisión en comunidades vulnerables

El núcleo de la crítica radica en la percepción de que el enfoque de Gates ignora las realidades vividas por las comunidades desproporcionadamente afectadas por los desastres climáticos. Su afirmación de que el cambio climático no será la “mayor amenaza” para la vida y el bienestar de la mayoría de las personas es particularmente polémica, especialmente teniendo en cuenta los numerosos relatos de cómo los eventos relacionados con el clima exacerban la pobreza y la vulnerabilidad.

“Cuando hay un tifón, no se puede pescar… No se puede trabajar en el campo”. – Niña de 17 años en Filipinas, que informa sobre la trata de personas tras el supertifón Haiyan.

Por ejemplo, la joven de Filipinas, obligada a realizar trabajos domésticos abusivos después de que el súper tifón Haiyan destruyera su medio de vida, destaca cómo los desastres climáticos pueden empujar a las personas a situaciones peligrosas. De manera similar, las comunidades que luchan contra la sequía y las cosechas poco confiables a menudo carecen de acceso a los recursos y dependen de conocimientos tradicionales que a menudo se pasan por alto en favor de soluciones impulsadas por la tecnología.

Cuestionando la idoneidad de las soluciones impulsadas por la IA

La creencia de que la IA y la tecnología ofrecen una panacea para los desafíos climáticos también ha sido cuestionada por quienes están en el terreno. Gabriel Manyangadze, gerente de justicia alimentaria y climática del Instituto Ambiental de las Comunidades Religiosas de África Meridional, señala que si bien la IA puede proporcionar información, es posible que no siempre se traduzca en acciones tangibles. Su grupo aboga por soluciones más simples y accesibles, como bombas de agua alimentadas por energía solar, una necesidad para los agricultores en zonas propensas a la sequía.

Además, a algunos les preocupa que la agenda agrícola de Gates pueda exacerbar el control corporativo sobre los sistemas alimentarios en África, aumentando la deuda de los agricultores y la dependencia de costosos fertilizantes sintéticos y tecnologías hambrientas de energía.

“El futuro de la alimentación y el clima debe ser moldeado por quienes alimentan a sus comunidades, no por multimillonarios que apuestan por la próxima solución patentada”. – Loren Cardeli, coordinadora de estrategia de A Growing Culture.

Un llamado a reparaciones climáticas

En lugar de centrarse únicamente en soluciones tecnológicas y primas ecológicas, los defensores exigen cada vez más reparaciones climáticas: asistencia financiera para compensar a las comunidades por las “pérdidas y daños” resultantes de los desastres climáticos. Los críticos argumentan que dirigir los fondos climáticos hacia el apoyo a la salud y la prosperidad de las poblaciones vulnerables, comenzando con las reparaciones climáticas, sería un enfoque más eficaz y equitativo.

En conclusión, si bien el deseo de Bill Gates de fomentar una perspectiva más optimista sobre el cambio climático es comprensible, su enfoque en las soluciones tecnológicas y el restar importancia a la urgencia de la reducción de emisiones corre el riesgo de pasar por alto las necesidades de las comunidades más vulnerables. El debate en torno a su mensaje destaca la tensión actual entre la innovación tecnológica y la necesidad de un cambio sistémico para abordar la crisis climática.

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