La visión de un joven milano real volando sin esfuerzo sobre el campo español puede parecer poco llamativa a primera vista. Sin embargo, significa un notable triunfo de la conservación: una historia que retrocede desde Gran Bretaña hasta España e ilumina tanto el poder de la recuperación de las especies como las amenazas duraderas que enfrentan estas majestuosas aves.
Hace casi 40 años, el milano real era un fantasma en su Gran Bretaña natal. La pérdida de hábitat y la persecución los habían llevado al borde de la extinción, dejando sólo un puñado de parejas reproductoras aferrándose a la supervivencia en Gales. A finales de los años 80 y principios de los 90 se inició un esfuerzo decidido: se introdujeron cuidadosamente polluelos de España y Suecia en las colinas de Chiltern, en la frontera de Oxfordshire y Buckinghamshire. Este programa de reintroducción fue un éxito rotundo. Hoy en día, los milanos reales florecen en todo el Reino Unido, con unas 6.000 parejas reproductoras que representan alrededor del 15% de la población mundial. La especie se ha recuperado tan dramáticamente que ahora es una vista familiar sobrevolando bosques y laderas.
Esta historia del regreso de las aves sirve como modelo para otro proyecto que se desarrolla en Extremadura, suroeste de España. Los milanos reales, que alguna vez abundaron allí, se redujeron a menos de 50 parejas reproductoras debido a una combinación de amenazas: búhos reales que se alimentan de polluelos, envenenamiento ilegal por parte de granjeros que los ven como competidores del ganado y electrocución por líneas eléctricas.
¿La solución? Un giro en la historia de éxito original: enviar de vuelta a jóvenes milanos reales nacidos en Gran Bretaña para reforzar a sus primos españoles. Desde 2022, bajo licencias especiales otorgadas por Natural England, más de 120 polluelos, principalmente de Northamptonshire, se han embarcado en un viaje de conservación. Son transportados a España vía Madrid y luego trasladados en avión 240 millas al sur hasta un hospital de vida silvestre en Villafranca de los Barros, dirigido por la organización Acción por el Mundo Salvaje (AMUS).
Estos pájaros jóvenes se someten a preparativos meticulosos: pesan, miden, etiquetan y se les coloca mochilas con GPS que permiten a los científicos seguir sus movimientos. Estos datos cruciales ayudan a los investigadores a comprender cómo los polluelos se adaptan a su nuevo entorno, dónde buscan alimento y si son presa de depredadores. Un desafío clave: los búhos reales se han cobrado la mitad de los polluelos recién liberados solo en 2023. AMUS ha ajustado sus estrategias de liberación para minimizar este riesgo y se están realizando esfuerzos para modificar las líneas eléctricas para evitar la electrocución.
El éxito final depende de que estas aves alcancen la madurez sexual, un hito peligroso del que sólo alrededor de una cuarta parte sobrevive a sus primeros años. Pero cada polluelo representa una esperanza para el futuro del milano real en Extremadura. AMUS espera que dentro de unos años esta reintroducción conduzca a la formación de más parejas reproductoras, extendiéndose por zonas anteriormente habitadas y, en última instancia, reconstruyendo la población española.
Este esfuerzo internacional subraya no sólo la resiliencia de estas aves sino también la compleja red de amenazas que enfrentan. Si bien la historia de éxito del Reino Unido ofrece esperanza, también resalta la interconexión global de los esfuerzos de conservación y la batalla duradera contra la persecución ilegal, un peligro persistente resaltado por las crudas cifras del proyecto Life EuroKite que reveló más de 1.344 aves rapaces asesinadas en toda Europa entre 2009 y 2023. Por ahora, los jóvenes milanos reales liberados en España emprenden el vuelo como embajadores de su especie, llevando consigo el legado de triunfo y lucha constante.




































































