El sonido icónico de un pájaro carpintero tamborileando contra el tronco de un árbol puede parecer una acción simple, pero una nueva investigación revela una interacción sofisticada de músculos y respiración que permite a estas aves realizar hazañas de fuerza increíble. Si bien la mayoría de los estudios se han centrado en cómo los pájaros carpinteros evitan lesiones cerebrales durante impactos repetidos, este último análisis, publicado en el Journal of Experimental Biology, explora por qué son capaces de martillar, descubriendo un proceso notablemente similar al martilleo humano.
Un esfuerzo de todo el cuerpo
Los pájaros carpinteros pueden atacar cientos de veces por minuto con fuerzas de 20 a 30 veces su peso corporal. Sin embargo, esto es sólo un movimiento repetitivo de la cabeza. “En realidad, es un comportamiento muy difícil y hábil que implica el movimiento de músculos a través del cuerpo”, explica Nicholas Antonson, fisiólogo conductual de la Universidad de Brown. Debajo de su reconocible “rum-pum-pumming” hay un “gruñido-gruñido-gruñido” más silencioso: el sonido de los pájaros exhalando con cada golpe, muy parecido a un jugador de tenis que gime al dar un golpe.
Seguimiento del movimiento del pájaro carpintero
Para comprender este complejo sistema, Antonson y sus colegas capturaron ocho pájaros carpinteros salvajes (Dryobates pubescens) del campus de la Universidad de Brown y sus alrededores. Insertaron estratégicamente electrodos en ocho músculos diferentes, que midieron señales eléctricas que indicaban la contracción muscular. Durante períodos de observación de 30 minutos, se observó a los pájaros carpinteros perforando (utilizados para sondear y excavar) y golpeando (utilizados para comunicarse), mientras llevaban pequeñas mochilas hechas a medida que grababan señales eléctricas sincronizadas con vídeo de alta velocidad filmado a 250 fotogramas por segundo. Luego de unos días de observación y recuperación, las aves fueron liberadas.
Similitudes con el martilleo humano
La investigación descubrió una coreografía precisa de músculos y respiración que transforma al pájaro en una máquina de martillar altamente eficiente. Al igual que los humanos que endurecen los músculos de la muñeca para minimizar la pérdida de energía al martillar, los investigadores observaron un endurecimiento similar en algunos de los músculos del cuello del pájaro carpintero. Específicamente, encontraron:
- Músculos de la cola para reforzarse: Las aves se preparan justo antes de un ataque usando los músculos de la cola.
- Potencia de los músculos de la cadera: La potencia del golpe está determinada principalmente por un solo músculo de la cadera.
- Coordinación de los músculos de la cabeza y el cuello: Los distintos músculos de la cabeza y el cuello tiran de la cabeza hacia atrás después de cada latido, contrayéndose antes de que otros músculos completen el movimiento hacia adelante, suavizando el rápido tamborileo.
El papel de la respiración
Los investigadores también estudiaron el flujo de aire a través de la siringe (la laringe del pájaro) para determinar si los pájaros carpinteros contienen la respiración durante los impactos o exhalan durante el movimiento. Al igual que los levantadores de pesas, contener la respiración estabiliza los músculos centrales durante un movimiento, pero los pájaros carpinteros optaron por el enfoque de un jugador de tenis. Pueden golpear y exhalar hasta 13 veces por segundo, inhalando durante un breve período de 40 milisegundos entre cada golpe. Sorprendentemente, este momento se mantuvo constante en múltiples toques.
Implicaciones para comprender la comunicación de las aves
Los hallazgos del estudio sugieren que tocar la batería puede ser más parecido a cantar de lo que se pensaba anteriormente. Los pájaros cantores utilizan mini-respiraciones para acompañar sus largas melodías. Los pájaros carpinteros vellosos que participan en una práctica similar proporcionan información sobre la evolución de la comunicación acústica no vocal, un dominio que a menudo se pasa por alto en la investigación del reino animal.
Después de haber echado un vistazo bajo el capó a los pájaros carpinteros vellosos, Antonson planea continuar explorando la mecánica de los comportamientos extremos realizados por otras especies, para ver qué ideas podrían aportar.
La investigación destaca la complejidad y elegancia del martilleo del pájaro carpintero, demostrando que incluso comportamientos aparentemente simples implican una coordinación sofisticada de los músculos y la respiración. Esta novedosa mirada a la mecánica del pájaro carpintero proporciona información valiosa sobre la fisiología y la comunicación animal, lo que mejora nuestra comprensión del mundo natural.





































































